Encontrar tu pasión a los 14 es mejor que si te tocan 10 millones de euros en la primitiva. ¿Quién no ha estado media vida buscando lo que realmente le gustaba y cuánta gente no la encuentra nunca?. Habría que buscar estadísticas porque son muchos. Sin ir más lejos, siempre supe que la fotografía iba a ser importante en mi vida pero hasta muy tarde no comprendí que quería dedicarme a ello el resto de mis días. Aquí te dejo un artículo muy interesante con un test para que puedas aclararte si aún no lo has hecho. Trabajar en lo que uno va a dedicar el resto de su vida merece la pena un rato de reflexión.

Reconozco que cuando la tía de Carlos me llamó para regalarle la sesión y me dijo que tenía 18 años me asusté un poco. Pensé que el tándem adolescente+chico podía ser difícil de llevar a cabo. En las entradas de cualquier blog, suelen contarse las maravillas de cada uno de sus protagonistas pero, en este caso, todo fue demasiado especial para la corta edad de su protagonista y no sé si seré capaz de plasmarlo aquí. Cuando nos vimos, me encontré con un adolescente inusualmente maduro para su edad. Tenía que bailar en la playa y, aunque no estaba abarrotada, sí había gente. Yo pensé que iba a sentir vergüenza de que la gente mirase. Pero me miró, seguro de sí mismo, y me dijo: ‘a mí la gente me da igual’. Y así fue…bailó y bailó con esa fuerza interior que le caracteriza. Esa que le hace desprender una paz y una serenidad que más quisiéramos muchos de nosotros los adultos. Pero, claro, está convencido de que su pasión es el baile y así se lo transmitió a sus padres a los 14. Cuando uno cuenta con esa certeza, tiene media vida resuelta.

Así que estuve toda la sesión con los vellos como escarpias. El entorno, el viento, el atardecer y EL ARTE que desprenden las venas de Carlos hicieron que la tarde fuera mágica.

Espero que te guste pero, sobre todo, que me cuentes cuál es tu pasión. Ya sabes, ¡abajo en los comentarios!.