‘Me gustaría salir delgada’, ‘¿puedes ponerme los brazos más firmes?’, ‘¡tengo una mancha en el jersey!, ¡bah!, eso lo quitas tú con Photoshop’. Son algunas de las frases que oigo a menudo en las sesiones y entiendo que se dicen desde el desconocimiento de lo que es esta herramienta.
Me he decidido a escribir este post para explicar qué es realmente el proceso de edición. El objetivo no es hablar aquí de técnica, simplemente me gustaría conseguir que quien lea esto entienda que Photoshop no es magia.
Cuando disparo con mi cámara, lo hago en un formato de archivo que se denomina raw. Un archivo de este tipo ‘no sirve’ como tal para enviárselo al cliente. Necesita pasar por un programa de revelado (antiguo cuarto oscuro) y convertirlo a jpg para que se pueda visualizar en cualquier dispositivo. Hay unos parámetros básicos con los que trabajar las imágenes tales como brillo, contraste, saturación, enfoque…Y después llega el estilo que cada uno quiera darle a sus fotografías. Este estilo se denomina edición y es donde más tiempo se emplea.
En cada presupuesto, hago referencia al tiempo de entrega del trabajo que suele oscilar entre una y dos semanas. Cada imagen pasa por el laboratorio. Cuanto peor tomada esté, más tiempo necesitaremos en el proceso de edición.
Si llevas una mancha en una camisa de rayas y tengo que retocar una a una las imágenes, no puedo cobrarte lo mismo que si estuviera impoluta. Necesitaría cuantificar las horas de edición delante del ordenador quitando manchas y equilibrando rayas y hacerte un nuevo presupuesto. Igual que no vale lo mismo hacerle fotos a 1 persona que a 10. Cuando se fotografía un grupo, las tonalidades de piel, por ejemplo, suelen ser diferentes y equilibrar todos estos tonos lleva TIEMPO, y el tiempo es oro.
Y sí, puedo quitarte un pelito o una arruguita, suavizar líneas de expresión o darte más brillo en la mirada…pero…pretender ser alguien que no eres lo considero absurdo. Cada persona es única y nos diferenciamos por eso precisamente, por nuestra esencia interior y exterior, así que…¡no es bonito mostrarte al mundo como realmente eres!
E insisto, Photoshop no es una varita mágica, aunque haya una herramienta dentro del programa que se llame así y que, paradójicamente, es bastante imperfecta.
En conclusión, la mayor parte de lo que pagas por tu sesión no se debe al tiempo de realización de la toma de imágenes sino a la postproducción.
Ya sabes, si te vas a hacer una sesión, ten en cuenta estos pequeños detalles.
¡Que tengas una buena semana!.