Está claro, los hombres e hijos varones, por regla general, huyen de una cámara como alma que lleva el diablo. Cuando mamá plantea en casa la posibilidad de hacerse una sesión fotográfica, padre e hijos salen pitando como Correcaminos…bip, bip. Pero…cuando la mamá gallina conoce bien a su prole, comienza un sutil trabajo de campo que ríete tú de las estrategias de grandes empresas. Día a día, va dejando pequeñas píldoras de persuasión en forma de migajas que los machotes intuyen que van a tener que aceptar.
Confieso, una vez más, que me apasiona fotografiar gente, sobre todo, niños y familias. Familias como las que me han tocado este año, con las que es muy fácil trabajar, familias que fluyen…. Y fluir significa dejar hacer y ser cómplice de la persona que está detrás de la cámara.
El caso es que la familia tal como la entendemos los que nacimos en el siglo pasado, apenas existe ya. He pasado por una etapa de mi vida en la que parecía que había oferta de divorcios, se rompían muchas familias a mi alrededor, incluida la mía, y, de pronto, cuando el escepticismo ocupaba la mayor parte de mis pensamientos en cuanto a vidas compartidas, sin saber cómo ni por qué, han empezado a desfilar matrimonios jóvenes y no tan jóvenes apoyándose y compartiendo cariño y tareas. Ese es el mejor planazo del mundo para ser feliz, a mi modo de ver. Por eso, y porque yo no he sido capaz de formar una, tengo clavada esa espinita. Viví mi infancia entre gente mayor y, desde pequeña, soñaba con tener una gran familia llena de niños. Pero, ahora es tarde, señora, y la vida hay que tomarla como viene.
Y es que esa vida que imaginaba en mi juventud no se parece en nada a la que tengo ahora. Pero, realmente, ¿quién tiene la vida que algún día soñó?. No conozco a casi nadie, aunque prefiero pensar todo pasa por algo. Y aunque yo no tenga una familia de sangre, la vida me ha dado la oportunidad de rodearme de muchas como la que traigo hoy. Blanca, José Luis y sus dos hijos. Llevan 20 años juntos, han pasado penas y alegrías pero miradas como las que se lanzaron el día de la sesión certifican que llegar hasta aquí ha merecido la pena. Te dejo con ellos y con mi luz del sur…esa que no se compra ni se vende.
¿Tienes la vida que soñaste?. Me encantaría leerte.
Besos
Montse - que precioso post !!! preciosa familia y preciosa fotografias !!! yo quiero una !!!!!
Rocío Pérez Rodríguez - Cuando usté quiera, señorita!! :)))
Sonia Layola - Mira, porque te tengo lejos, que sino te pedía una sesión ya! Una de familia y otra para mí 😉 Precioso post y fotos!
guiomar lopez de carrizosa - como me gusta esa luz tuya!!!!
Rocio - Chata!! En Cádiz la tenéis igual o mejor!! Esperaré tus atardeceres de verano con el husband y los churumbeles!! Besos